Por: Susana Rodríguez A. @susanaf89
Erwodä-Yunek Tepuy, sin duda el protagonista principal y cómplice de esta bella aventura donde abrimos una vía de escalada de ~150 m, llamada “Fuerza y Luz”. También estuvimos con el gran Akopan-tepui.
Fue un día en casa de Carola, cuando apenas “Tepuyeras” existía en el mundo de las ideas, donde solo había hecho presencia el Akopan-tepui con sus provocantes vías de centenares de metros. Sin embargo, queríamos ir más allá, algo completamente nuevo para cada una de nosotras, ¿y por qué no para la historia? Un verdadero desafío fuera de lo “normal” que es repetir vías de un tepuy ya conocido. En medio del palabrerío surgió Carola con su característica espontaneidad, diciendo que ella siempre había soñado con escalar un “tepuisito” cerca de Yunek, ese que se ve hacia el Churí-tepui y que nadie le prestaba atención por ser el más chiquito del macizo… inmediatamente en un silencio fugaz entre miradas inquietas sabíamos respuesta, ¡¡ese mismo es!!
…..
Nos despertábamos en medio de una orquesta de animales, plantas y viento sabanero. Todas en secreto nos hacíamos la misma pregunta esa mañana ¿quién sería la afortunada en colocar por primera vez sus manos en esa poderosa roca milenaria?
La pregunta aún no tenía respuesta hasta que… en plena preparación del desayuno, con el tepuy y el acechante azar en sintonía, convertimos en oráculo a un sabio y único bollito (especie de tamal cilíndrico cocido) con jamón hecho para tal ocasión.
¿Y quién había sido la elegida? - Con muchos aplausos y risas manifestamos nuestra emoción tras la sorpresa de Vanessa al clavar su tenedor y ver el contenido del oracular bollito. ¡Vanessa! ¡Vanessa! Vanessa era la dichosa mujer de comerse el único bollito con jamón del día, ¡y escalar por primera e histórica vez el Erwodä-Yunek-tepui! Y mientras se acercaba el momento, todas le dábamos aliento a Vanessa con las palabras claves: ¡Fuerza y Luz Vanessa!
Pie de vía, 5 kg de selecto y ordenado equipo en el arnés, 2 personas unidas a través de 2 cuerdas y una delicada pared enfrente. Todo listo para la primera caricia… la primera conexión. Así empezó lo que sería para cada una de nosotras nuestra cita íntima y trascendental con el tepuy.
Largo 1: ¡Empezó la fiesta!
5.9, 20 m.
Reunión equipada, 1 bolt.
Un largo con buenos agarres, pero delicado en algunos tramos para progresar y proteger. Cerca de la reunión hay grandes bloques sin soporte sólido que deben ser superados con muchísimo cuidado.
Vanessa avanzaba con calma sobre la pared, analizando minuciosamente todas las posibilidades que se presentaban ante sus ojos, asegurada por Geraldine, probaba, ponía, quitaba, subía, respiraba… y así hasta que se nos perdió de vista.
Después de un rato sin saber de ella y sin que la cuerda nos dijera que pasaba, Vanessa nos avisa que LO HABÍA LOGRADO, había encontrado un lugar para hacer la reunión y así el primer largo de la primera vía de escalada de Erwodä-Yunek-tepui ¡quedaba oficialmente inaugurado!.
¿Quieres escuchar un poco el cuento contado por la propia Vanessa?
Largo 2: El atractivo diedro.
5.10a, 30 m
Reunión equipada, 2 bolts.
Los primeros metros del largo son bastante delicados, tiene muchísimos bloques sueltos, no es completamente vertical y las protecciones son pocas. Pero una vez ingresas al diedro, la escalada se vuelve muy protegible. Existe un paso de techo que fluye con agarres claves y buenos. La plataforma de la R1 es relativamente grande, pero un poco incomoda, y cuando hay una persona escalando el segundo largo se convierte en el blanco perfecto de caída de rocas. Así que hay que estar muy pilas.
Al día siguiente, en el desayuno Carola le hizo una broma a Flor, donde la incitaba a abrir el siguiente largo y Flor aceptó el reto y anunció decidida y determinantemente que ella abriría el segundo largo. Desayunadas, con mochilas puestas nos fuimos a seguir la danza tepuyera. Nuestro dron fue clave en este largo. Él era una especie de mascota que cuidábamos muchísimo, aunque un día casi fue interceptado por un ave no identificada.
El diedro intrigaba, parecía muy técnico y finalizaba en un pequeño techo. Flor, como toda una digna doctora, abría, limpiaba y cocía con minuciosidad el segundo largo.
Largo 3: un temeroso runout
5.10, 35m
Reunión equipada, 2 bolts
El largo posee un cambio de dirección hacia la derecha de la línea natural que se va trazando, y es acompañado por un runout que exige mucha cabeza fría. El largo finaliza en una pequeña cueva (caben hasta 4 personas sentadas), perfecta para refugio.
Pasaban los días y cada una atendía al sutil llamado de Erwodä, ahora le tocaba a Geral un interesante reto. Después del segundo largo, lo que se veía no era muy prometedor, Geral en medio de una encrucijada tenía que tomar una sabía decisión. Por algo ese era el largo de Geral, porque con toda su amplia experiencia tepuyera, tomó el mejor camino.
Siguiente día, un trabajo de hormiguita
Avanzada la vía, ya podíamos trabajar en los largos anteriores con mayor seguridad mientras otras abrían los siguientes. El cambio de dirección que tomó la vía en el 3 largo, implicaba unos trabajitos extras con las cuerdas. Así que, ese día era propicio para abrir dos largos y a su vez, las otras chicas trabajarían en algunos detalles de la ruta.
Eso de jumarear se volvía cada vez más interesante, pues a medida que subíamos colocábamos cuerdas fijas, esto también tiene su encanto.
Largo 4: la disfrutable solidez de la roca
5.10+/5.11, 25 m
Reunión clásica
Largo con roca sólida y muy pocos bloques sueltos, tiene dos pasos tipo “boulder” con buenas protecciones.
Llegamos Carola y yo a la súper cueva (R3), y mientras acomodábamos el equipo que nos habían dejado las chicas el día anterior, a Carola le llega una visita menstrual, uy… nada que temer, ¡cosas de chicas! Así que seguimos con nuestro foco bien fijo en avanzar.
Carola se disfruta del largo con la mejor calidad de roca y que resultó ser el más técnico, muy fluída llega a una pequeña y expuesta repisa con dos buenas fisuras horizontales determinantes para la decisión de armar allí la reunión 4.
Aquí está la propia Carola contando sobre este largo
Largo 5: la inquietante mata-tracción.
5.10, 21 m.
Reunión equipada, 2 bolts.
Los primeros metros con muy buena roca sólida y agarres, pero a medida que te acercas a la vegetación la pared se va humedeciendo y desaparecen las grietas para proteger. La zona de vegetación es muy delicada. Luego se encuentra unos pocos metros nuevamente de roca y se llega a una cómoda plataforma.
Para mi (Susana) representaba un gran reto, pues en mi mente rondaba una intensa idea de que escalar tepuyes era muy difícil.
Mi nerviosísimo era notorio. Disfruté de la roca sólida de esa sección del tepuy, pero llegó el temido momento, la transición entre la roca y la vegetación que además estaba muy húmeda. Para lograr superar este tramo puse en práctica lo que muchas veces escuché de la técnica “mata-tracción”, que es aprovechar al máximo la vegetación como “agarres”, literalmente clavé mis rodillas en la tierra, me arrastraba y agarraba cualquier cosa hasta que por fin llegue a un lugar donde la verticalidad no era tan peligrosa. Trepé entre un pequeño bosque, volví a encontrar roca sólida, que al superarla conseguí un excelente lugar para armar reunión. Quería seguir, estaba muy cerca de la cumbre, pero decidí parar allí y armar la reunión.
¡Que felicidad, estábamos muy cerca!!!!!
Un día de descanso
Sabíamos que estábamos a un paso de la cumbre, era un hecho. Decidimos tomar un día de descanso porque todos los días de una u otra forma hacíamos labores, si no escalabas, podías estar en la pared arreglando algunos detalles con las cuerdas fijas, equipando las reuniones, organizando el equipo, subiendo el agua, también podías estar en el campamento organizándolo, recogiendo el agua, recargando las baterías, haciendo la comida, y si no, ayudando a Helena con el arduo trabajo del registro audiovisual.
Así que decidimos descansar para tener todas las energías a tope y festejar esa cumbre.
Largo 6: la mágica cumbre
5.9, 15 m.
Reunión equipada, 2 bolts.
Inicia con un diedro de pocos metros muy liso y continuo por una especie de escalera. Aunque el largo es corto, no se aconseja unirlo con el anterior, la vegetación y las poca verticalidad de algunas zonas generan mucha fricción en las cuerdas.
Solo faltaba una de nosotras para probar la exquisitez del tepuy, Roxy, sería la primera en pisar la virginal cumbre.
Las que estábamos abajo no nos queríamos perder ese explosivo momento, así que recurrimos a usar nuestro amiguito dron para estar en primer fila. Y así fue, ¡explosivo!, en perfecta sincronía veíamos a Roxy en la cumbre elevando sus brazos en señal de éxito, mientras los radios colapsaban con nuestros gritos de felicidad para que fueran escuchados por Roxy y la Gran Sabana entera.
Una por una fuimos subiendo lo que parecía una infinita cuerda fija. Helena que escasamente había hecho esa técnica en su vida, lo hizo con un ímpetu admirable. Y yo tenía el gran reto de descubrir en pleno ascenso la mejor técnica para subir seguro …un dron.
Y llegamos, ¡CUMBREEEEEEEE!! Un atardecer idílico, un clima perfecto, una luna llena, un noble tepuy, un sueño cumplido y 7 amigas escaladoras estamparon su huella en la historia de la escalada venezolana.
Pero todavía quedaba por hacer, teníamos que analizar y armar un sistema de rapeles que brindara la máxima seguridad en el descenso.
Invertimos el resto de los días a darle los retoques a la vía.
El Rapel
El rapel se hace desde la cumbre hasta R5.
En la R5 se hace rapel hasta R3
En R3 se hace rapel hasta un reunión que colocamos para rapelar (no forma parte de la vía de ascenso), este rapel se debe hacer colocando seguros en el descenso.
En la reunión para rapelar se llega al piso sin problema.
No hacemos el relato de Akopan ya que fue un complemento para nuestra expedición y solo escalamos algunos largos de Jardineros de Grandes Paredes y Hasta Luego Taurepán. Algo que nos pareció muy gracioso fue que en el porteo al campamento casi todas las que nos ayudaron eran mujeres (el único hombre fue Julio), ya que ese día los hombres se encontraban en el conuco.
Estando en la comunidad luego de las escaladas, los niños se divertían muchísimo con el dron. El último día la comunidad armó en su pequeña iglesia todo el equipo musical y junto a otra expedición que escaló en el Akopan armamos ¡la fiesta! Y no solo eso, la comunidad le regaló artesanía a Roxy y a Geral, quienes habían cumplido años en medio de esta mágica sabana tepuyera.
¡Estamos muy agradecidas con toda la hospitalidad y apoyo de la comunidad Yunek!